Autor o autores
F. Gabriel Jiménez-Núñez1, José Miguel Senabre2, Julio
Medina-Luezas3, Ana Rodríguez-García4, Mónica
Vázquez4, Carlos Santos-Ramírez2, María Álvarez de
Buergo3, María López-Lasanta1, Estibaliz Loza5, Antonio Naranjo6.
E-Mail de Contacto
cortesfra@gmail.com
Centro
HRU Carlos Haya
Publicacion
Objetivos
Analizar el impacto de la ecografía musculo-esquelética (EME) integrada
como parte de la consulta del reumatólogo en términos de pruebas
solicitadas, revisiones de consulta, costes directos y satisfacción del médico,
en pacientes con molestias de hombro y mano.
Pacientes y Metodo
Estudio multicéntrico, observacional y prospectivo, realizado en 4 Servicios
de Reumatología en los cuales el uso de la EME está integrada en la práctica
clínica diaria. En cada centro se seleccionaron 2 reumatólogos, uno que usa
habitualmente el ecógrafo en su consulta y otro con experiencia profesional
similar que practica una atención clínica tradicional, sin realizar EME. Se
incluyeron pacientes consecutivos con dolor, parestesias o incapacidad en
mano, o dolor y/o limitación en hombro, sin diagnóstico previo en dichas
localizaciones. Se excluyeron los pacientes derivados para infiltración guiada.
Se recogieron las siguientes variables: edad, sexo, diagnóstico clínico inicial,
diagnóstico tras EME, cambio en el diagnóstico y en la actitud terapéutica
tras EME, infiltraciones, tiempo extra estimado para la realización de la EME,
petición de nuevas pruebas complementarias, coste de las pruebas
solicitadas, revisiones en consulta y satisfacción del médico (EVA 0-10).
Resultados
Fueron analizados un total de 168 pacientes, 104 en el grupo de EME y 64
en el grupo de asistencia tradicional (AT). En el 87% de los casos constituía
la primera visita al reumatólogo. No hubo diferencias entre ambos grupos en
la distribución por edad y sexo de los pacientes, articulaciones evaluadas ni
porcentaje de patología inflamatoria, como tampoco en los años de
experiencia de los profesionales sanitarios. El dolor de hombro en el caso del
hombro, y la sospecha de artritis o síndrome del túnel del carpo en la mano,
fueron los motivos más frecuentes de consulta en los respectivos grupos. La
EME condujo en el primer grupo a un cambio en el diagnóstico en 53
pacientes (52%), y en la actitud terapéutica en 55 enfermos (54%). La tasa
global de infiltraciones fue 47% en el grupo EME frente al 21% del grupo de
AT (p=0.001), sin diferencias entre servicios. En el grupo EME, el 73% de
las infiltraciones no estaban previstas clínicamente y el 61% fueron
realizadas con guía ecográfica. La media estimada del tiempo extra para la realización de la EME durante la visita médica fue de 12 minutos, sin
diferencias entre servicios ni articulación explorada. La EME fue considerada
útil en 72 casos (71%), muy útil en 20 (20%) y poco útil en 9 (9%).
Comparado con el grupo de AT, en el grupo EME fueron necesarias menos
pruebas complementarias adicionales (38% vs 81%, p<0.001) y menos
revisiones (46% vs 84%, p<0.001). Igualmente, fueron estadísticamente
significativos en el grupo de EME un menor promedio de los costes directos
por nuevas pruebas de imagen y electroneurogramas (11 vs 30 ?; p<0.001)
y una mayor satisfacción del reumatólogo con la atención a los pacientes
(8.2 vs 7.0; p<0.001).
Conclusiones
Comparado con la atención médica tradicional, el uso rutinario de la EME en
la atención de pacientes con molestias de mano y hombro, deriva en una
reducción significativa de nuevas visitas y de pruebas complementarias, así
como una mayor satisfacción del reumatólogo.