Autor o autores
Miguel Ángel Doña Naranjo, Isabel Linares Fernández, Julio García Feito y Manuel Utrilla Utrilla.
E-Mail de Contacto
madona@ser.es
Centro
Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Almería. Unidad de Reumatología.
Publicacion
Objetivos
Introducción: Actualmente es aceptado por todos que en la práctica
reumatológica diaria es fundamental disponer de, y saber manejar bien, el
microscopio óptico de luz polarizada (MOLP), sobre todo para diagnosticar
las artritis microcristalinas. Aún es frecuente encontrar reumatólogos,
incluso jóvenes, que no dominan esta técnica. Presentamos un caso clínico
que nos hará reflexionar sobre este tema.
Pacientes y Metodo
Exposición de caso clínico.
Resultados
Caso clínico: Varón de 62 años, con antecedentes de hiperlipemia mixta e
isquemia arterial crónica de MMII, diagnosticado 3 años antes de artritis
reumatoide (AR) seronegativa y CCP negativo, con nódulos subcutáneos. El
diagnóstico se hizo en base artralgias/itis en pies, rodillas, manos, codos y
hombros, migratorias e intermitentes, con uricemia elevada (hasta 11
mg/dl), pero mala respuesta clínica a pesar de uricemia controlada con
alopurinol. El diagnóstico se apoyó fundamentalmente en una biopsia de
nódulo subcutáneo de codo diagnóstica de nódulo reumatoide, además de
una buena respuesta inicial a corticoides y metotrexato. El paciente continuó
bien en general a pesar de haber dejado el metotrexato, pero aún tenia
algunas crisis de artralgias en codos, sin evidenciarse artritis en la
exploración. En una de las revisiones se detectó uricemia de 8 mg/dl (no
hacía tratamiento con alopurinol) y había presentado últimamente episodios
de artritis en rodillas y manos. Permanecían los nódulos subcutáneos en
codos, a nivel olecraniano. Se practicó punción de nódulo subcutáneo
extrayéndose una minúscula cantidad de material que al MOLP reveló
infinidad de cristales de urato. Se desestimó el diagnóstico de AR y se
controló bien la uricemia con alopurinol, obteniéndose una respuesta
excelente y mantenida en el tiempo.
Conclusiones
Conclusión: La sospecha clínica inicial suele ser la buena, y debería pesar
más incluso que la histopatología en determinados casos. El MOLP es una
herramienta fundamental e inexcusable para el buen ejercicio de la
reumatología.