Autor o autores
Soledad Ojeda, Antonio Naranjo, Félix Francisco, Celia Erausquin, Íñigo Rúa-Figueroa y Carlos Rodríguez-Lozano.
E-Mail de Contacto
soanre@soanre.es
Centro
Sección de Reumatología. Hospital de Gran Canaria Dr. Negrín. Las Palmas.
Tema
Publicacion
Objetivos
los pacientes que han sufrido una fractura por fragilidad tienen un elevado
riesgo de padecer nuevas fracturas. En el presente trabajo de describen las
características de una cohorte de pacientes con fractura por traumatismo de
baja intensidad.
Pacientes y Metodo
durante el segundo semestre de 2004 se identificaron las altas del servicio
de urgencias del hospital con el diagnóstico de fractura y se invitó a los
pacientes a participar en el estudio. Debían tener más de 50 años y sufrir
fractura de antebrazo, húmero, pelvis, fémur, tobillo o vértebra. Se
excluyeron las fracturas traumáticas y las patológicas, los pacientes con
insuficiencia renal o hepática grave y los que estaban encamados o en silla
de ruedas. Se recogieron los factores de riesgo de fractura y de osteoporosis
(OP), los antecedentes familiares, los diagnósticos y tratamientos previos de
OP.
Resultados
la demora media de la consulta tras la fractura fue de 6 meses. Se
incluyeron 206 pacientes que reunían los criterios de inclusión, una edad
media de 70 años (DE 9,5), 183 de ellos mujeres (89%). El 24% había
tenido previamente alguna fractura por fragilidad, mientras que el 14%
refería antecedentes en familiares de primer grado. La fractura más
frecuente fue la de antebrazo (47%), seguida por la de húmero (21,4%), la
de fémur (16,5%) y la vertebral (8%). En 32 casos (17%) se había realizado
densitometría (DXA) previamente y 49 (23%) recordaban haber sido
tratados con algún fármaco relacionado con la OP; sólo calcio y Vit. D en el
5%, THS o raloxifeno en el 5,5% y bisfosfonatos en el 8,9%. La DXA mostró
osteoporosis (columna o cadera según criterios de la OMS) en 82 sujetos
(40%), osteopenia en 92 (45%) y fue normal en 29 (14%).
Conclusiones
1) la fractura más frecuente fue la de antebrazo; 2) sólo un pequeño
porcentaje (17%) de los pacientes que sufre fractura por fragilidad es
nuestro medio ha sido sometido a DXA; 3) sólo una cuarta parte ha recibido
algún tratamiento relacionado con la OP; 4) la gran mayoría de los pacientes
(86%) tiene una DXA anormal. En base a estos hallazgos, se precisan
estrategias para la incrementar el porcentaje pacientes en que se realiza
prevención secundaria de fracturas.